Una compañía holandesa, Little Sins, alquiló el pasado fin de semana un hotel en medio de la campiña inglesa para organizar una orgía colectiva entre 350 participantes enmascarados. Se ha desvelado no porque lo cuenten los anónimos participantes, sino porque lo cuenta el propio dueño del establecimiento. El hotel, Halswell House, no es un club de alterne ni un local de intercambio de parejas sino un bello edificio del siglo XVII en Somerset. Suele alquilarse para bodas y reuniones empresariales y ésta es la primera vez que ocurría algo así, para total sorpresa del personal e incluso de su propietario, Grahame Bond.

Según ha informado el diario The Independent , cuando los invitados comenzaron a llegar en sus BMW, Porsche o Aston-Martin, los empleados del hotel pensaron que se trataba simplemente de gente adinerada que había decidido celebrar allí una fiesta como tantas otras.



Pronto comenzaron a circular las botellas de champán, el organizador de la reunión anunció a los participantes que estaban todos ellos bajo un hechizo y, al sonar las campanas de medianoche, les explicó que había una sola manera de romper el hechizo: besar a otra persona. "De pronto aquello se transformó en un espectáculo digno de Eyes Wide Shut", ha explicado al periódico el dueño del hotel en alusión a la película de Stanley Kubrick con Tom Cruise y Nicole Kidman. En un momento del filme, el protagonista acude sin saberlo a una mansión vestido de chaqueta y con una capa y un antifaz. Allí, se encuentra con hombres encapuchados y mujeres desnudas, todos con máscara.

"Por todas partes había personas copulando. Incluso en las barandillas vi a cuatro parejas", ha asegurado Bond, según el cual sus empleados no salían de su asombro al ver lo que estaba sucediendo. A las tres de la madrugada, la bacanal terminó y los participantes, agotados, se retiraron a sus habitaciones aunque algunos se subieron a un autobús y se dirigieron a otro hotel próximo.

Según ha podido averiguar The Independent, la empresa holandesa Little Sins se especializa en organizar fiestas de swingers (intercambio de parejas) para ricos europeos. Para poder participar hay que tener más de 20 años y los varones son admitidos sólo si van acompañados de una persona del otro sexo. El propietario del hotel ha asegurado al periódico sin embargo que no sabía que quienes lo contrataron iban a organizar una orgía.

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En la ciudad de San Francisco (EE.UU. sí esa en la que acaban tantas persecuciones de películas) se celebra hoy un maratón de “tocamientos”, el “Masturbate-a-Thon”.

La idea nació en 1995 cuando el sex-shop Good Vibrations decretó que mayo sería el mes masturbatorio por excelencia. Así invitó a sus clientes a buscar gente para que pagara para verlos darse placer a ellos mismos y de esa manera poder recaudar fondos para causas vinculadas con la sexualidad.

Por lo que hemos podido saber, los participantes pruebas su resistencia en un recinto en el que son observados, entre otros, por varios sexólogos y médicos que velan por la salud de los “deportistas”.




“Es como una maratón; la diferencia es que los pies no duelen al final, a menos que uno se masturbe de manera poco común” ha explicado Carol Queen, una de la fundadoras del evento.

Vamos, que hay gente que se lo toma como una competición deportiva. El mejor ejemplo es el del imbatible Masanobu Sato, representante de una casa de juguetes sexuales japonesa, que el año pasado estuvo 9 horas y 33 minutos ahí, dándole a la zambomba. Sin embargo hay quien dice que este año Sato se las tendrá que ver con un rival a su altura… pero no ha trascendido nada.

Quizá sea un poco tarde para avisaros, pero todavía estáis a tiempo de participar en la distancia. Pero tened mucho cuidado y haced caso al excampeón del mundo Ed Ehrgott: “Lo más importante es ir despacio y respirar”. Sabias palabras.

Puede que alguno o alguna se haya asustado al leer el titular. Aclaro: Se trata de un consolador con forma de pene de ballena. Sólo con la forma, NO con el tamaño.

Después de aclarar esto, ahora pienso que quizá alguno o alguna se ha desilusionado. Pero ya sabemos que no se puede contentar a todo el mundo.



Yo os cuento los datos más relevantes, y ya me decís si os apetece disfrutar de uno: Mide 33 cm. de largo, 3.8 cm de ancho en la punta, y 8.9 cm. en la base.

No es pequeño, el bicho; pero nada comparado con los 2 metros de longitud del original en una ballena azul.